Vida Capuchina en el Oriente Ecuatoriano
Señor y Padre Nuestro:
te damos gracias por Francisco,
testigo del Evangelio en el mundo,
y por el don de los hermanos
misioneros, mártires y menores.
Señor, en tu bondad,
quisiste que la fraternidad evangélica,
se hiciera misión e iglesia
en la selva y ríos del Oriente.
Te bendecimos, Padre,
por tu fidelidad en esta historia;
por tu Espíritu que nos recrea
en la santidad de tu Hijo,
y nos aúna en la Iglesia de Aguarico,
caminando con indígenas y colonos.
Haz, Señor,
que te glorifiquemos y te alabemos,
por la fe y la misión,
la fraternidad del mundo
y el compartir con los pobres.
María, Madre del Buen Pastor,
sé nuestra Madre e Intercesora;
bendice esta familia capuchina
y acompáñanos en la misión de tu Hijo.
Amén.