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INVITACIÓN A EJERCER EL VOTO

CONSCIENTE, INFORMADO Y RESPONSABLE

ANTECEDENTES

La situación mundial es, cada instante, más dramática: de los 95 millones de contagiados y de los 2 millones de muertos por el COVID-19, la mitad tienen lugar en América; en Sudamérica, Brasil es el más afectado, particularmente en el Amazonas, en Manaos, más cerca de Ecuador. La situación se torna pavorosa en Colombia y Perú. En Costa Rica y Chile ya se inició la vacunación masiva, y nosotros, ¿cuándo empezaremos?

Obligar a votar solo para evitar pagar la multa de cuarenta dólares es penalizar la pobreza; entre las personas acomodadas será mayor el ausentismo. Si el ausentismo doblara el registrado en la última elección presidencial, la legitimidad del nuevo gobierno sería cuestionable.

Dice Montesquieu, en El espíritu de las leyes, sobre el cual se han constituido las repúblicas modernas con separación de poderes: “Si por cualquier circunstancia, la ley política vigente fuera destructora del Estado, se acude a la otra, a la que lo conserve”.

Aproximadamente 13 millones de ecuatorianos acudirán a las urnas el 7 de febrero para elegir entre 16 binomios a su presidente y vicepresidente, a 137 miembros de la Asamblea y cinco representantes del Parlamento Andino.

Hoy que está tan de moda la palabra “cuarentena” por temas sanitarios asociados con el Coronavirus, pero también podríamos relacionarlo con un tiempo de duras pruebas en muchos ámbitos, sobre todo en el ámbito político  puesto que,  durante este tiempo hemos escuchado escándalos de corrupción, acciones ineficientes ante una crisis sanitaria, económica, pero también de valores, lo mínimo que cada uno de nosotros esperaríamos serían acciones concretas ante los problemas, sin embargo lo que escuchamos en los medios de comunicación son acusaciones, mentiras, acciones tan individualistas totalmente alejadas de la búsqueda del bien común.

Estamos a pocas horas de elegir y resulta que, en cada uno de nosotros al margen de cualquier tendencia política, compartimos la misma inquietud y el mismo temor: ¿Será lo mejor para mi país?  Y es bueno que nos lo preguntemos porque solo así estamos siendo conscientes de la responsabilidad ciudadana que como cristianos tenemos.

El capítulo 13, de la Carta de San Pablo a los Romanos, nos dice:  "Cada uno en esta vida debe someterse a las autoridades. Pues no hay autoridad que no venga de Dios, y los cargos públicos existen por voluntad de Dios." En este sentido, les hago la invitación a pedir en profunda oración al Dios que guio al pueblo de Israel, que ha dirigido nuestros pasos y que ha acompañado a nuestro país en su historia, sea El quien nos ilumine, y nos dé una visión clara, que seamos objetivos y tratemos de informarnos.

Debemos estar conscientes que en la lucha por el poder se generan muchos juegos sucios que van desde acusaciones, promesas sin planes, pactos cómplices entre posibles elegidos, y quienes somos electores somos lamentablemente arrastrados por ese juego que termina restando la paz y tomando partido por luchas ambiciosas que no son las aspiraciones legítimas de quienes solo añoramos un mejor Ecuador.

Es tiempo también para invitarnos unos a otros a no caer en las garras de los juegos políticos, la información y desinformación en los diferentes medios, en más de una ocasión han sido causantes de divisiones familiares o entre amigos que tienen el pleno derecho a pensar distinto.  Hoy los invito a respetar al que puede tener una óptica distinta, a ser empáticos, no hay razón para crear enemistades en defensa de políticos que al término de la contienda electoral armarán pactos y compartirán los banquetes de celebración por el poder obtenido, mientras que nosotros lo de “a pie” quedamos resentidos con el hermano por una simple discusión por alguien que ya no necesita nuestro voto.

Sería tiempo de soñar con mejores días, con que nuestras futuras autoridades antepongan el Bien Común a sus intereses personales, que creen estrategias responsables en favor de los ecuatorianos, que puedan lograr la unidad antes que las confrontaciones.  Seguramente algunos dirán: “esto que nos dice Monseñor es un sueño demasiado lejano”. 

Y les respondo que si nosotros no podemos; sin embargo, confiemos más en Aquel que todo lo puede, que nuestra profunda oración llegue a Él, no pidiendo que “gane mi candidato”, NO, que nuestra petición sea La asistencia del Espíritu Santo para los electores y luego a los elegidos para que en todo se haga lo que Dios vea como bueno para un país en el que reina el Sagrado Corazón de Jesús.  Y si el candidato que gana no es el de nuestro agrado, con más razón, orar por él. 

Una última recomendación:  Es posible que la incertidumbre, el desánimo por todos los hechos y por toda la experiencia política vivida nos dejen tal sinsabor que caigamos en la tentación de NO VOY A VOTAR.  ¡Cuidado! Tu voto es importante, no delegues a otros la responsabilidad tuya de Cristiano, de Ciudadano, de elegir con civismo.

Fraternalmente:

Coca 6 de febrero de 2021

Monseñor José Adalberto Jiménez

Obispo Vicario Apostólico de Aguarico

 

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