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MENSAJE

JOSÉ ADALBERTO JIMENEZ

Obispo del Vicariato Apostólico del Aguarico

Ciudad del Vaticano, 11 de octubre de 2019 

Me dirijo a ustedes, queridos habitantes de la Provincia de Orellana y de la Ciudad de Coca y a todos ustedes hermanas y hermanos del Vicariato Apostólico de Aguarico y lo hago con el Saludo de "Paz y Bien". 

Desde el Sínodo de la Amazonía que estamos viviendo en Roma, junto con el Papa Francisco, con Monseñor Jesús Esteban Sádaba, nuestros hermanos Obispos de los 6 Vicariatos Amazónicos de Ecuador, el hermano Txarli y toda la delegación de religiosas, religiosos y laicos de Ecuador, les expresamos nuestra solidaridad y sentimiento de dolor ante la delicada y dolorosa situación social, política y económica que vive nuestro Ecuador y les decimos que estamos junto a ustedes, acompañándoles con nuestra oración. 

Hemos visto y escuchado por las noticias que llegan hasta acá la confusión y la violencia que están presentes en nuestra nación y en nombre de Cristo Muerto y Resucitado, hacemos un llamado a todos los actores sociales, con las palabras de San Óscar Romero de América: "¡Ya Basta de Violencia... que cese la represión!". Y a cada uno de nosotros nos toca hacer nuestra parte para que se establezca el orden y vuelva a reinar la Paz, que es obra de la Justicia, en el Ecuador. 

Nos unimos desde la distancia en este caminar en sinodalidad, buscando la paz entre todos los pueblos y entre todos los actores sociales, ya que todos somos ecuatorianos, todos somos pueblo y nos estamos agrediendo y asesinando unos a otros. Que nuestra oración, palabras, gestos y acciones desde este momento no sea echar más leña al fuego de la violencia. La acción más grande que ustedes están precisamente haciendo en este momento que es la de orar, la de doblar nuestras rodillas, a aquel que hace nuevas todas las Cosas, ya que como nos lo dice la Palabra de Dios: "sólo el Señor es Nuestra Paz" Y desde donde comprobamos que cada ser humano dejado de su mano y alejado de sus caminos el hombre se vuelve lobo del hombre o se vuelve otro Caín que destruye y mata a su hermano. 

Que esta gran iniciativa de orar por la paz de todo nuestro Ecuador, sea el inicio de tender puentes de diálogo y de paz ante todos los lastimados y heridos por la violencia en estos días. Nuestra oración sobre todo por el dolor de nuestros hermanos caídos en estas brutales represiones: indígenas, mestizos, policías, periodistas, políticos, niños, ancianos. Que cese la violencia...y no nos matemos entre hermanos. 

Pedimos a nuestras autoridades civiles, policiales, militares, religiosas, eclesiásticas, educativas, sociales… que nos sumemos a la paz y que, con esta grande y bella iniciativa de Orar esta mañana por la Paz a Dios, justo en la Catedral de Coca, donde reposan los cuerpos de dos misioneros mártires: Alejandro e Inés, que entregaron su vida con su sangre por la paz de los pueblos en nuestra selva amazónica, alcancemos con nuestras oraciones y acciones la tan anhelada Paz para todo el país. 

En este Sínodo Amazónico que estamos viviendo en Roma y que lleva por título: "Nuevos Caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral", el Papa Francisco nos ha dicho que le llama la atención y le duele mucho la violencia contra la destrucción de la tierra y de los pueblos en la Amazonía, le duele la violencia contra las mujeres y los niños y nos invita a buscar soluciones y mediaciones de diálogo y soluciones de Paz. 

Que nuestros mártires Alejandro e Inés nos ayuden a conseguir pronto una solución de paz para todo Ecuador. 

Un abrazo a todos y sigan orando por el fruto del Sínodo Amazónico que está concluyendo su primera semana. 

 

Monseñor José Adalberto Jiménez Mendoza. 

Vicario Apostólico de Aguarico 

 

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