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SINODO DE LA AMAZONÍA (15 de octubre)

Adalberto Jiménez

 

Saludos desde Roma

Como todos estos días, hoy nos dirigimos al aula sinodal para continuar nuestros trabajos de reflexión y escucha de la voz de Dios y que nos hablamos a través de los hermanos y hermanas participantes.

A las 09:00 iniciamos la décima primera Congregación General con la oración de Tercia, Memoria de Santa Teresa de Jesús. “Señor, tú eres justo, tus mandatos son rectos”.

Los trabajos en el aula continuaron con el anuncio de los nombres de los cuatro miembros para la Comisión encargada de redactar el documento final del Sínodo, designados por el Papa. Son el cardenal Christoph Schönborn, Mons. Marcelo Sánchez Sorondo, Mons. Edmundo Ponciano Valenzuela y el P. Rossano Sala.

La primera propuesta que hoy hemos escuchado es esta:

1. Crear urgentemente una Organización episcopal permanente y representativa, coordinada por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y por la REPAM (Red Eclesial Panamazónica), para promover la sinodalidad en la Amazonía.

Este organismo, integrado en el CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano), debería contribuir a la realización de la fisonomía de la Iglesia en la Amazonía, con vistas a una pastoral común más eficaz, concretando también las indicaciones que el Papa Francisco quiera dar después del Sínodo, y trabajando en la defensa de los derechos de los pueblos indígenas, en la formación integral de los agentes pastorales y en la creación de seminarios amazónicos.

También, esta acción pastoral conjunta, elaborada sinodalmente por todas las circunscripciones eclesiásticas panamazónicas, en relación orgánica con el CELAM, servirá para afrontar problemas comunes, como la explotación del territorio, la delincuencia, el narcotráfico, el tráfico de drogas y la prostitución.

Continuaron los aportes siguientes:

2. Crear una Pastoral indígena de Conjunto que, superando prejuicios de fronteras, antes trazadas que no respetaron a los pueblos indígenas, ya de mucho antes asentados en esos lugares, limitaron el paso y dividieron familias enteras. Debemos mirar hacia horizontes más fraternos y menos geopolíticos que acrecienten entre los pueblos indígenas el cuidado de la “casa común”.

3. Que nuestras comunidades cristianas estén cada vez más alimentadas por la Palabra de Dios.

4. Hoy, la Iglesia en salida no es una realidad. Faltan misioneros y misioneras que vayan y anuncien el Evangelio. Muchas comunidades quieren celebrar la Eucaristía y no tienen sacerdotes.

5. Los nuevos caminos para la Iglesia misionera amazónica suponen la inculturación del Evangelio como un modelo a seguir. Proceso lento que, asumiendo el talante de Jesús de Nazaret, que sin hacer alarde de su categoría de Dios, pasó como uno de tantos, un siervo entre el pueblo. La kénosis fue el modo de ser de Jesús.

6. Una vez más se agradece a la Repam (Red panamazónica de la Iglesia) por hacer visible la Amazonía. La Repam, como espacio del CELAM, está llamada a continuar su tarea facilitando una estructura episcopal práctica que aplique este Sínodo en nuestras realidades, a través, de observatorios de los Derechos Humanos, garante de espacios de formación integral de los agentes de formación, laicos y ordenados, creando seminarios amazónicos y promotora de santidad por el testimonio de tantos hombres y tantas mujeres que han dado la vida por el Evangelio en la Amazonía. “Si no vamos nosotros, los matan a ellos” (Mons. Alejandro Labaka y la Hna. Inés Arango). Pedimos se reconozcan sus virtudes heroicas y sean canonizados, entre tantos otros de la Amazonía.

7. Continúan las intervenciones en torno a los ministerios ordenados y la necesidad del reconocimiento eclesial de tantos agentes de pastoral. Como también en lo referente a la Ecología integral y la espiritualidad de la Amazonía. Derechos de los pueblos originarios como la vida, al agua, la tierra para el cultivo y los alimentos, al diálogo intercultural y participación en proyectos agrícolas sustentables, a la educación bilingüe, la salvaguarda de la creación, etc.

8. Se constata que las Órdenes religiosas que, otrora fueron verdaderas unidades de vanguardia a las que se les confío la evangelización en tantos lugares remotos del mundo, hoy no cuentan con el número ni los medios para responder a tales desafíos. En concreto se pide se examine el “Jus comitioni” dado a los Vicariatos Apostólicos.

9. Por eso nos preguntamos, en otra de las intervenciones: ¿dónde está la Vida Religiosa en la Amazonía? ; ¿dónde está la opción por los pobres y pueblos indígenas? ¿Dónde la itinerancia? Se manifiesta muy poco interés y pasión por la presencia evangelizadora de la Vida Religiosa profética, pues Dios clama en la Amazonía tan ambicionada por los poderosos de este mundo, compañías extractivistas y depredadores de la Casa Común. Es preciso poner orden en esta casa. Todos, hoy, estamos llamados y comprometidos en ésta tarea.

Ya para finalizar, nuestro querido Papa Francisco nos invita a seguir confiando en la gracia de Dios que debe “desbordarse”. Un desborde misionero que nos lleve a esos Nuevos Caminos y una Ecología Integral.

Paz y Bien

 

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