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Izalene Tiene

Misionera laica y articuladora de la REPAM en la Amazonía brasileña

Luis Miguel Modino, 29 de mayo de 2016

 

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Sin una acción del Estado, la Iglesia anuncia, denuncia, pero es necesario que el Estado actúe

 

(Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil).-Izalene Tiene es misionera laica en la Amazonia desde hace más de cuatro años, a donde fue enviada por Regional Sur I de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, CNBB, que engloba las diócesis del Estado de São Paulo. Hasta el mes de febrero trabajó en la triple frontera entre Brasil, Colombia y Perú, en el lugar donde el Amazonas, que desde ese punto hasta juntarse con el Río Negro en Manaos recibe el nombre de Solimões, se adentra en territorio brasileño.

Conversando con ella, uno se da cuenta de las muchas cualidades que atesora y que la han llevado a asumir importantes responsabilidades a lo largo de su vida, entre ellas alcaldesa de Campinas, una ciudad que supera el millón de habitantes.

Actualmente desempeña el servicio de Articuladora Nacional de la REPAM en Brasil, que como ella misma señala "fue inspirada por la Iglesia de Brasil, por la articulación que la Iglesia tiene con las Pastorales Sociales y las diferentes experiencias, como el Equipo Itinerante". Izalene hace referencia a "la Iglesia que trabaja en la base, las Comunidades Eclesiales de Base, las misiones, las Iglesias que están en los lugares donde el Estado no llega". Esto es lo que, en su opinión, "sirve de inspiración para la creación de esta Red, para hacer más visibles las acciones eclesiales y que las acciones en defensa de la vida sean más fortalecidas para un trabajo en red".

Nos cuenta que "el Comité Nacional de la REPAM en Brasil ha comenzado a organizarse en el mes de febrero de este año y tiene como sede el ITEPES, Instituto de Teología Pastoral y Enseñanza Superior de la Amazonia, por sus siglas en portugués, de Manaus, que es un Instituto que tiene gran presencia en la Iglesia de la Amazonia. El trabajo va a hacerse presente en los nueve estados que pertenecen a la Amazonia Legal, donde como trabajo inicial van a ser realizados catorce seminarios desde junio de 2016 hasta octubre de 2017, siendo el último de los seminarios un resumen de todos los anteriores".

Junto a esto nos explica que "la organización de la REPAM en Brasil es a partir de un Comité Ejecutivo y una oficina de Articulación con sede en el ITEPES de Manaos, que engloba a todas las diócesis de la Amazonia Legal, que van a participar de los diferentes seminarios, en los que a partir de una propuesta metodológica va a ser trabajada la implicación de todas las personas como agentes multiplicadores a partir del contenido de la Laudato Si, pero con una metodología más inclusiva de la realidad de las Iglesia de la Amazonia".

¿Realmente las Iglesias de la Amazonia, especialmente por parte de la Jerarquía, sienten esta llamada como una urgencia?

Muchos ya se dan juntado, otros todavía no conocen la propuesta y esto es lo que estamos queriendo llevar a cabo en los 13 seminarios regionales donde van a ser incluidas 65 diócesis. En cada local donde van a ser celebrados los seminarios será formada una comisión articuladora que realizará el trabajo metodológico antes, durante y después del seminario.

El antes comprende la articulación de cada diócesis para que al menos participen diez personas de cada una de ellas. Los seminarios están pensados para que participen entre 60 y 150 personas, dependiendo de la población de cada región.

La metodología de los seminarios, que generalmente serán realizados en final de semana, comenzará con una gran actividad abierta, en la que serán invitados miembros de los gobiernos locales, de la sociedad civil, del poder legislativo, de otras Iglesias, en la que será presentada la REPAM y la Laudato Si. El sábado será momento para hacer un estudio de la realidad que permita conocer los desafíos y los trabajos que ya son realizados por la Iglesia. A partir de ahí será elaborado un documento final en 2017 sobre la realidad que la Red tiene que trabajar en la Amazonia Legal, teniendo en cuenta las aportaciones que están presentes en los diferentes lugares, tanto desde la Iglesia como desde quienes formando parte de la sociedad civil participan de diferentes movimientos, así como aquellos programas en los que todavía no hay nadie actuando.

En un segundo momento será presentada la Laudato Si a partir de la realidad, para descubrir lo que ella dice sobre los problemas que nos afligen, sobre las cuestiones que están acabando con la vida de las personas. Por último serán decididos los compromisos que vamos a asumir para trabajar en red, lo que va a exigir mucha comunicación y que las personas se apoyen mutuamente.

Por eso el objetivo es que durante este proceso puedan ser capacitadas personas que sean multiplicadores, para después mantener una gran articulación en red, tanto sobre las cuestiones que ya existen como aquellas que irán siendo presentadas y que nosotros podemos ir apoyando.

¿La sociedad amazónica tiene conciencia ecológica?

No podemos decir eso de la sociedad como un todo. Lo que no existe es una cultura de educación sobre lo que está sucediendo, pues los medios de comunicación abiertos no trabajan esa cuestión. Por el contrario, la sociedad tiene interés en convertir todo en mercancía, lo que hace que la sociedad tenga mucho más acceso a ese tipo de comunicación que estimula al consumo que a una conciencia de preservación y de cuidado. La sociedad como un todo no, pero hubo un avance.

Este es mi quinto año en la Amazonia y en el Alto Solimões percibí un gran avance en el hablar, en el anunciar, aunque todavía falta la práctica, pues el Estado está muy ausente en la Amazonia, principalmente en el interior. Sin una acción del Estado, la Iglesia anuncia, denuncia, pero es necesario que el Estado actúe, porque son cuestiones que necesitan de la intervención del Estado a través de las políticas públicas.

¿La Iglesia realmente reclama para que eso se lleve a cabo, la Iglesia tiene esa conciencia ecológica que parece que dentro del Estado todavía es una cuestión secundaria?

La Iglesia en la Amazonia es una Iglesia profética, porque viendo los documentos, como el Documento de Santarem de 1972, se percibe el profetismo de la Iglesia en la Amazonia. Ahora bien, es la realidad de nuestra Iglesia universal, pues entre los católicos hay una acción más dirigida a los novenarios, a una religión más devocional, a las fiestas patronales, lo que ocupa mucho tiempo. Una fiesta patronal tiene características de la sociedad civil, en la que lo religioso es una motivación, pero la fiesta profana y la gran presencia de bebidas alcohólicas dificultan la relación, pues aparecen más las relaciones de violencia que de confraternización.

Existe el desafío de la desigualdad, del sufrimiento, de la violencia, tenemos muchos problemas con la explotación en el trabajo, la explotación sexual de niños y adolescentes, un modelo de familia totalmente desestructurado donde las mujeres, en un porcentaje de más del 40 por ciento, crían a sus hijos sin la presencia paterna, lo que muestra que la mujer es muy violentada.

La Iglesia está presente, pero no siempre en esa dimensión que está siendo necesaria. La Red puede ayudar, pero ella no va a conseguir provocar ese cambio. Ya existe, por los menos en los documentos y en las acciones de buena parte de la Iglesia, ese profetismo y esa inserción en la vida del pueblo y en la defensa de la vida, del Bien Vivir, en la preservación de la Creación aquí en la Amazonia.

¿Cuáles son los desafíos a los que se enfrenta la REPAM en Brasil?

El primer desafío es que la gente entienda que es una red, que no está sobreponiéndose a ninguna institución, ni diócesis, que es una red de articulación y fortalecimiento de lo que ya existe y un avance en la unión de las luchas y de la acción de la Iglesia en esa realidad. Entonces, creo uno de los desafíos es hacer que esa comprensión aparezca de esa forma y que haya adhesión a querer entrar en la red.

¿Ayuda el hecho de sentir el apoyo del Papa Francisco y su comunicación "directa" con la REPAM a través del cardenal Claudio Hummes?

Sí, ayuda a aquellos que están más abiertos a una Iglesia más comprometida. Ahora bien, aquí en la Amazonia también existen resistencias al Papa Francisco. No hay un consenso, por lo que eso sólo puede ayudar, pues la figura del Papa es una representación muy importante y la Encíclica y los Documentos de la Iglesia están basados en los documentos papales. La Iglesia de Brasil elabora un plano cada cuatro años, en el que el documento del Papa Evangelii Gaudium, todavía no había salido la Laudato Si, que trae una nueva esperanza para la Iglesia, ha servido como base. Espero que haya una aceptación que haga posible que la Encíclica y los documentos de la Iglesia de Brasil no caigan en el olvido y que a través de la Laudato Si podamos retomar el Concilio Vaticano II, que es la gran luz, la gran abertura para una Iglesia más encarnada. Eso es con lo que contamos, pero son desafíos.

Alguna cosa más que quiere añadir...

Creo que en la Amazonia y en la REPAM necesitamos de un eje, que no aparece como específico, pero tendría que aparecer como transversal, la cuestión de la mujer, pues ella en la Amazonia es muy explorada y violentada, más que en otras partes de Brasil. De todos los casos de violencia y homicidios contra las mujeres, el 70 por ciento están en la Amazonia, y esa realidad de la mujer es una cuestión que nosotros necesitamos trabajar más, porque aparece como cultura, como algo que es así, que ya está dado. El hombre deja embarazada a la mujer y desaparece y eso se asume como algo normal, hasta por parte de la mujer, que es quien tiene que cuidar al hijo. Se percibe el sufrimiento de las mujeres para trabajar y criar los hijos y, al mismo tiempo, el abandono al que los niños se ve sometidos, pues sus madres no consiguen trabajar para dar comida para sus hijos y cuidarles, por lo que estos se quedan solos, pues no encuentran en el Estado ningún apoyo, no hay guarderías, no hay nada que ayude a esa mujer a criar sus hijos.

 

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