Una Pascua con el dolor y la angustia del pueblo sirio
OMPRESS-SIRIA (16-04-15)
La página web de la veterana revista Tierra Santa de los Franciscanos ha compartido el Comunicado de prensa del Consejo de Líderes de las Confesiones Cristianas de Alepo, celebrado el 13 de abril, tras días de duros bombardeos sobre la ciudad, precisamente cuando se celebraba la Pascua ortodoxa.
“Durante la Semana Santa y los días de Pascua, nuestra ciudad y nuestro pueblo han sufrido un dolor intenso, una profunda angustia y desasosiego: Durante la noche han bombardeado nuestros barrios con granadas propulsadas por cohetes, cuya capacidad destructiva no habíamos sufrido hasta ahora. Hemos estado allí, lo hemos visto y hemos llorado: ¡Estaban los cuerpos atrapados entre los escombros, los restos humanos pegados a las paredes y la sangre humedecía el suelo de la patria! Son decenas de mártires de distintas religiones y confesiones, heridos y mutilados, hombres y mujeres, ancianos y niños. Hemos escuchado el llanto de las viudas y de los niños y hemos visto el pánico en el rostro de las personas.
En medio de este sufrimiento lacerante y con profundo dolor hacemos un llamamiento, a gritos, a las personas de recta conciencia que estén dispuestas a escuchar: ¡Basta con la destrucción y la desolación!, ¡basta de ser el objetivo de las armas más destructivas!, ¡No podemos más! Terminad con la venta de armas, instrumentos de muerte y munición. ¡No podemos más! ¿Qué queréis de nosotros? ¡Decidnos, porque no podemos más! ¿Queréis que resistamos heridos y humillados, mutilados y privados de la más mínima dignidad humana?, ¿o que nos marchemos por la fuerza para seguir destruyéndonos? Nosotros lo que queremos es vivir en paz como ciudadanos honestos junto a los demás hijos de este país. No tenemos miedo al martirio pero nos negamos a morir y que nuestra sangre sea el precio de un final dudoso y mezquino.
No queremos ser el ‘Alepo de los mártires’. Queremos que permanezca el ‘Alepo al-Shahbah’, (literalmente ‘el gris’, por el típico color de sus edificios) testimonio de la ternura, del amor, de la paz, del perdón y del diálogo. Que Alepo siga siendo la joya preciosa de la corona de nuestro país, Siria, con todos sus elementos y su diversidad cultural, religiosa y confesional.
Que la misericordia llegue a nuestros mártires, la curación a nuestros enfermos y heridos, la tranquilidad para nuestros hijos y la seguridad y la paz a todos nuestros ciudadanos”.