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La Santa Sede reconoce

el martirio de tres misioneros en Perú

y el de Mons. Romero en El Salvador

OMPRESS-ROMA (4-02-15)

El Papa autorizaba ayer martes la promulgación, por parte de la Congregación de las Causas de los Santos, de los decretos en los que se reconoce el martirio de los siervos de Dios Óscar Arnulfo Romero Galdámez, Michel Tomaszek, Zbigniew Strzalkowski y Alessandro Dordi, y el reconocimiento de las virtudes heroicas del siervo de Dios Giovanni Bacile, Arcipreste en la localidad italiana de Bisacquino.

 

Mons. Óscar Romero (1917-1980), arzobispo de El Salvador, fue asesinado el 24 de marzo de 1980, en plena consagración de la misa. Su defensa de la justicia y de los más pobres, en un momento duro en la historia de su país, que sufría una fuerte represión social y política, le llevó a este martirio que la Santa Sede reconoce como motivado por “odium fidei”, odio a la fe. El día antes de su muerte había dicho: “Os suplico, os los ruego y, en nombre de Dios, os lo ordeno, cese la persecución contra el pueblo”. La fecha de su muerte fue adoptada por la Iglesia italiana como el día en que se celebra la Jornada de Oración y Ayuno por los Misioneros Mártires.

 

Zbigniew Strzalkowski, de 33 años, y Michel Tomaszek, de 31 años, misioneros franciscanos polacos habían llegado a Perú en 1988 y se les encomendó la misión de Pariacoto, en los Andes peruanos, con cerca de 70 pequeñas aldeas. Conocían la violencia, la injusticia, el terrorismo y la pobreza que sufrían las comunidades a las que servían y, por su vida pobre y entregada, se ganaron pronto el cariño del pueblo. El 9 de agosto de 1991, tras la Misa, fueron obligados a salir del convento por terroristas de Sendero Luminoso y, llevados cerca de un cementerio, fueron asesinados a balazos, manifestándose también aquí el “odium fidei”.

 

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