El Papa Francisco a la COP 20
“Promover una cultura de la solidaridad, del encuentro y el diálogo”
A Su Excelencia el Señor Manuel Pulga Vidal, Ministro de Medio Ambiente de la República del Perú y Presidente de la vigésima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Lima, 1 - 12 Diciembre 2014)
Excelencia:
Los primeros 12 días del mes de diciembre de 2014, la ciudad de Lima y el pueblo del Perú tendrán el honor de acoger la vigésima Conferencia de las Partes de la Convención marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, cuya agenda se propone verificar la marcha de la aplicación de ese instrumento jurídico, de contenido crucial en el presente momento histórico. Junto con mis saludos a Usted, Señor Presidente, y a todos los organizadores y participantes en dicha Conferencia, quiero enviarles mi cercanía y aliento, para que los trabajos de estos días se lleven a cabo con espíritu abierto y generoso. Lo que Ustedes van a debatir afecta a toda la humanidad, en particular a los más pobres y a las generaciones futuras. Más aún, se trata de una grave responsabilidad ética y moral.
No deja de ser significativo que la Conferencia se desarrolle en las costas adyacentes a la corriente marítima de Humboldt, que une en un abrazo simbólico los pueblos de América, Oceanía y Asia y que cumple un papel determinante en el clima de todo el planeta. Las consecuencias de los cambios ambientales, que ya se sienten de modo dramático en muchos estados, sobre todo los insulares del Pacífico, nos recuerdan la gravedad de la incuria y de la inacción. El tiempo para encontrar soluciones globales se está agotando. Solamente podremos hallar soluciones adecuadas si actuamos juntos y concordes. Existe, por tanto, un claro, definitivo e impostergable imperativo ético de actuar.
La lucha eficaz contra el calentamiento global será posible únicamente con una responsable respuesta colectiva, que supere intereses y comportamientos particulares y se desarrolle libre de presiones políticas y económicas. Una respuesta colectiva que sea también capaz de superar actitudes de desconfianza y promover una cultura de la solidaridad, del encuentro y el diálogo; capaz de mostrar la responsabilidad de proteger el planeta y la familia humana.
Deseo de corazón que en la Conferencia de Lima, así como en los encuentros sucesivos, que serán decisivos para las negociaciones sobre el clima, se dé un diálogo impregnado de esta cultura y de los valores que la sustentan: justicia, respeto y equidad.
Con este mensaje, Señor Presidente y señores participantes en la Conferencia, formulo mis mejores deseos para que sus reflexiones e iniciativas sean fructíferas y estén al servicio de todos los hombres. A la vez que rezo por sus deliberaciones, para que se vean colmadas de éxitos abundantes, invoco sobre Ustedes y sobre todos los participantes en este significativo encuentro la Bendición del Altísimo, que pido se extienda a todos los ciudadanos de los países que Ustedes representan.
Reciba, Señor Presidente, mi más atento y cordial saludo.
Francisco