40 días por el río
Sínodo Amazónico
NAVEGANDO JUNTOS LA BUENA NUEVA DE DIOS HACIA EL SÍNODO AMAZÓNICO
Hace unos días tuve el privilegio de ir a las profundidades del encuentro con el misterio de la vida en mis Ejercicios Espirituales. Fue un encuentro profundo con esta invitación a seguir el proyecto de Reino de ese Cristo hermano que se ha hecho uno con y por nosotros, para desde el conocimiento interno de su vida, su itinerario, su pasión y resurrección, más amarlo y seguirlo. Este espacio ha sido un privilegio para preparar el corazón en este camino hacia el Sínodo Amazónico.
Han sido meses, y años, muy intensos de preparación sinodal. Múltiples viajes, encuentros, diálogos, encuentros, desencuentros, escucha de esperanzas, anhelos, dolores, indignación, sanación, y sobre todo muchos horizontes en este hermoso y amenazado territorio Amazónico. En lo personal me he sentido especialmente privilegiado por la Gracia de descubrir a Dios presente sin dudar ni poder dudar en la lucha cotidiana de los pueblos indígenas y comunidades Amazónicos, y en un interminable número de rostros concretos de mujeres y hombres diversos de la Amazonía u otros sitios que aman la vida y se preocupan por este territorio a quienes hemos podido escuchar. Ha sido un verdadero regalo (y la experiencia más extenuante que sin duda hemos vivido como REPAM) el poder contribuir con tantas hermanas y hermanos del territorio sirviendo como puente para que sus vidas y voces sean recogidas, reconocidas y llevadas a los espacios de preparación hacia el Sínodo desde nuestro servicio como REPAM.
El proceso no ha sido fácil, y es una tarea siempre incompleta y muy compleja porque las voces más críticas nos confrontan desde el desconocimiento y algunas voces amigas comprometidas consideran que nada es suficiente, pero más allá de esto vemos signos inéditos de la huella de estas vidas y voces del territorio en todos los procesos sinodales. Me ilusiona mucho escuchar a tantas personas, del territorio y personas de Iglesia, que leen el Instrumentum Laboris y dicen: esto soy, esto me representa, y ahí está mi palabra, mi esperanza, y en ello me comprometo.
En este proceso agradezco el inmerecido regalo de encontrar al Papa Francisco con esa mirada clara, serena y absolutamente confiada en Dios pidiendo que no perdamos el foco, que no olvidemos la presencia del pueblo en todo el proceso, que no permitamos que se diluya el Sínodo, que recordemos que la periferia es el centro, y que cuidemos el discernimiento.
Ante esto que es signo de Dios, y también frente a la violenta reacción de unos pocos con gritos estridentes completamente desconectados de la realidad concreta Amazónica y sus pueblos que son lugar teológico. Voces que muestran posiciones absolutamente ajenas al proceso de discernimiento tan amplio, orado, participado y cuidado, y que parecen reflejar el miedo al cambio y el temor a perder espacios de poder y de control pretendiendo impedir que el Espíritu sople con su belleza los nuevos caminos necesarios para la Iglesia y los impostergables para una Ecología Integral dada la crisis ambiental planetaria sin precedentes. Todo ello, los signos de esperanza y los de incomprensión, me ha movido a compartir esto que se titula: 40 DÍAS POR EL RÍO: NAVEGANDO
JUNTOS LA BUENA NUEVA DE DIOS HACIA EL SÍNODO AMAZÓNICO.
Se trata de una contribución para la preparación de quienes en espacios eclesiales están en sintonía con el Sínodo Amazónico, o quieren estarlo. Es una ayuda para aquellos que viviendo o no en el territorio, y para los que han sido convocados a participar en el Sínodo o en el espacio conectado desde afuera: “Amazonía, casa común”, y también para los que no estarán en este esperado acontecimiento presencialmente, pero quieren estar en comunión espiritual. Se trata de una ficha diaria, o carta de navegación, que es muy simple y que invita a la oración-reflexión, que ofrece una de las lecturas del día (a veces un fragmento) y contribuye con una sencilla reflexión asociada al Sínodo, invita a contemplar una imagen que ayude a conectar con la realidad Amazónica y a buscar las invitaciones internas personales y comunitarias, y termina cada día con una cita de algún texto clave de la enseñanza de la Iglesia, de alguna reflexión del Papa Francisco, o alguna otra fuente inspiradora.
Son 40 días, ya que ese número refleja la búsqueda de lo perfecto en Dios, es decir, disponernos para que lo que es de Dios nos vaya inundando el corazón y que prevalezca lo propio del buen Espíritu en este discernimiento sinodal. Es una navegación por los ríos interiores en las aguas de la buena noticia hacia el Sínodo Amazónico, un recorrido que comenzará el 27 de Agosto y terminará el 5 de Octubre a las puertas del inicio de la Asamblea del Sínodo. En el inicio de la Asamblea sinodal culminará el recorrido en el encuentro de los afluentes de las aguas internas en su camino hasta llegar a la gran cuenca y convergencia de aguas en el Sínodo que comienza el 6 de Octubre. En este recorrido pedimos con intensidad para que Dios se haga propicio para que todo sea para Su mayor gloria, para la vida y vida plena de la Amazonía como bioma y de la diversidad de sus pueblos originarios y comunidades (sobre todo los más vulnerables y vulnerados), y para el bien de la misión de la Iglesia en este sitio en su vocación del seguimiento de Cristo y para la construcción del Reino en la Amazonía y en el mundo.
Anhelamos que sea un recorrido por la palabra de Dios y en las aguas de la Amazonía que nos permita navegar hacia los nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral. Así que les pedimos entrar a la canoa, acomodarse bien para buscar el equilib- rio necesario, y entremos en estas aguas a veces calmas y a veces movidas para estar atentos a lo que pueda ser Buena Nueva.
Mauricio López Oropeza
Secretario Ejecutivo REPAM