Encuentro de Espiritualidad de los Pueblos Indígenas
Brasil – Bolivia – Paraguay– Chile
Misioneras Lauritas 100 años compartiendo la de vida y experiencia junto a los pueblos indígenas
Nosotros, los pueblos indígenas del Brasil (Terena, Guaraní Kaiowá, Xavante), Chile (Pueblo Aymara y Quechua), Paraguay (Pueblo Pai Tavyterã) y Bolivia (Pueblo Aymara), reunidos durante estos días para compartir nuestra Espiritualidad, en ocasión de celebrar los 100 años de la Fundación de la Congregación de las Misioneras Lauritas, congregados en Campo Grande, Mato Grosso del Sur, Brasil, los días 10 a 14 de mayo de 2014, queremos expresar nuestra felicidad concedida por Dios que hizo posible la convivencia entre las comunidades indígenas y las hermanas Lauritas. Ese Dios que desde el inicio bendijo nuestra religiosidad y espiritualidad tradicional.
Somos pueblos originarios de este continente, que por siglos hemos resistido a todos los proyectos de exterminio. Esta resistencia encuentra su fuerza en la espiritualidad y cultura que poseemos. En las raíces profundas que tenemos y que han impedido, la destrucción física (genocidio) y cultural (etnocidio) de nuestros pueblos.
El sistema colonial y actual neoliberalismo pisó y continua pisando el fondo de nuestro corazón, nuestra alma, pero no consigue ni conseguirá destruir nuestra espiritualidad, nuestra identidad y nuestros valores.
Nosotros pueblos ancestrales levantamos nuestra voz en defensa de Nuestra Madre Tierra, de nuestros territorios sagrados, de donde brota la vida, nuestro origen.
Los pueblos indígenas vivimos un período histórico de negación de nuestros derechos territoriales. El modelo de desarrollo adoptado por la economía mundial, altamente “excluyente-exportador” ve nuestras comunidades como sinónimo de retroceso social al “desarrollo y progreso” de los países.“
Somos pueblos culturalmente diferentes, cada cual con diversas lenguas, creencias, tradiciones y cosmovisiones, con maneras propias de ver el mundo y su significado. Ofrecemos a la sociedad envolvente una opción de vida, um nuevo camino para la convivencia armoniosa con la naturaleza y todo lo que en ella existe. Ofrecemos también nuestro modo vivir, donde los recursos naturales no se tornan objeto de mercado, sino que son parte integrante de nuestra cosmovisión y nos garantizan el buen vivir.
En el Brasil y demás países latinoamericanos los gobernantes han cedido a los intereses económicos mundiales, en detrimento de los pueblos indígenas y sus derechos humanos.
Nosotros pueblos indígenas, reafirmamos la continuidad de la lucha por el respeto a nuestros derechos, para que los gobernantes asuman la responsabilidad con las poblaciones originarias, haciendo efectivo el derecho a la tierra y territorio, reconociendo la propiedad ancestral de los mismos, y garantizando la sobrevivencia física y cultural de nuestros pueblos. De igual manera, reafirmamos la necesidad de mantener los derechos ya conquistados, especialmente el derecho a la tierra. Los gobiernos deben ejecutar todo lo indicado en relación a los pueblos indígenas, según la Convención 169 de la Organización Internacional del Trabajo – OIT que exige obediencia a los principios de respeto y consulta sobre las prioridades de cada pueblo, el derecho a desarrollarse conforme a su cosmovisión, derecho a sus territorios tradicionales, el principio de sentirse y pertenecer a un pueblo o comunidad; el derecho a la identidad cultural y el respeto a la diversidad a la observancia de la universalidad y especificidad en la elaboración de políticas públicas que favorezcan la salud, educación y trabajo de estos pueblos.
Dios hizo la tierra y todo lo que en ella existe, para que vivamos en armonía. El derecho a la propiedad de la misma no es sagrado. La tierra no pertenece a nadie sino a Dios, que es su dueño y nos la ha entregó para que vivamos felices y en armonía.
Somos pueblos con diversas culturas, localizados en diferentes países, pero sufrimos las mismas persecuciones, la misma negación de nuestros derechos, ya que no somos contemplados en el modelo de desarrollo adoptado por nuestros gobernantes.
Denunciamos las maniobras gubernamentales que traman y elaboran leyes y normas para no reconocer nuestros territorios tradicionales queriendo apoderarse de nuestras tierras. Continuaremos en la lucha por nuestros derechos.
Saludamos a Santa Laura Montoya y a todas las Hermanas Lauritas. Juntos celebramos el buen vivir, basado en nuestra manera tradicional de ser según nuestra espiritualidad, respetando nuestra cultura y organización tradicional.
Viva el centenario de las Misioneras Lauritas 100 años compartiendo la vida junto a los pueblos indígenas.
Campo Grande, 14 de mayo de 2014
Pueblo Terena
Guaraní Kaiowá
Pueblo Xavante
Pueblo Aymara
Pueblo Quechua
Pueblo Pai Tavyterã