Rueda de prensa del Papa
a bordo del avión de regreso de Corea
19 de agosto de 2014
1. Las víctimas del hundimiento del Sewol ferry y el riesgo de ser utilizado
Cuando usted se encuentra frente al dolor humano, tiene que hacer lo que su corazón le lleva a hacer. Entonces dirán: hizo porque tiene alguna intención política. Se puede decir todo, pero cuando se piensa en estos hombres y mujeres, estos padres y madres que han perdido hijos, hermanos y hermanas... frente al dolor tan grande de una catástrofe mi corazón -soy un sacerdote, ya sabe- me dice que tengo que estar cerca. Lo siento así. Sé que el consuelo que puedo dar con una palabra mía no es un remedio, no le da nueva vida a los que murieron. Pero la cercanía humana en estos momentos nos da fuerza, hay solidaridad. Recuerdo que como arzobispo de Buenos Aires, experimenté dos desastres: uno era un incendio en un salón de baile, un concierto de música pop en el que murieron 193 jóvenes. Otra vez fue un desastre con los trenes. En ese momento sentí la misma necesidad de estar cerca. El dolor humano es fuerte y si en estos momentos tristes nos acercamos, nos ayudamos unos a otros. Tomé esto (señalado el arco amarillo en la capa). Lo tomé para solidarizarme con ellos. Alguien me dijo: "es mejor quitarlo, usted debe ser neutral." Pero cuando sentí el sufrimiento humano no se puede ser neutral.
2. La agresión del Isis contra las minorías cristianas en Irak y las bombas estadounidenses
En estos casos, en los que hay una agresión injusta, solo puedo decir que es lícito «detener» a agresor injusto. Subrayo el verbo «detener», no digo bombardear, hacer la guerra, sino detenerlo. Los medios con los que se puede detener deberán ser evaluados. Detener al agresor injusto es lícito. Pero debemos tener memoria; cuántas veces bajo este pretexto de detener al agresor injusto las potencias se han adueñado de los pueblos y han hecho la guerra de conquista. Una sola nación no puede juzgar cómo se detiene a un agresor injusto. Después de la Segunda Guerra Mundial nació la idea de las Naciones Unidas, es allí en donde se debe discutir y decir: '¿Hay un agresor injusto? Parece que sí. Entonces, ¿cómo lo detenemos?'. Solo esto, nada más. En segundo lugar, las minorías. Gracias por haber usado esta palabra. Porque a mí me hablan de cristianos, los que sufren, los mártires. Y sí, hay muchos mártires. Pero aquí hay hombres y mujeres, minorías religiosas, no son todos cristianos, y todos son iguales frente a Dios. Detener al agresor injusto es un derecho que la humanidad tiene, pero también es un derecho que tiene el agresor de ser detenido, para que no haga mal.
3. La posibilidad de una visita a Irak, en la zona de conflicto
Estoy dispuesto a ir a Irak y creo poder decirlo: cuando con mis colaboradores supimos la noticia de esta situación, de las minorías religiosas y también en aquel momento que Kurdistán no podía recibir a tanta gente, pensamos muchas cosas. Lo primero fue escribir el comunicado que hizo el padre Federico Lombardi. Después este comunicado fue enviado a todas las nunciaturas para que fuera transmitido a los gobiernos. Después escribimos al Secretario general de las Naciones Unidas y decidimos mandar un enviado personal, el cardenal Filoni. Al final, dijimos que, si era necesario después del viaje a Corea, podía ir allí; era una de las posibilidades. ¡Estoy dispuesto! En este momento no es lo mejor, pero estoy dispuesto a ello.
4. Las relaciones entre la Santa Sede y China; la posibilidad de un viaje papal.
Cuando, a la ida, estábamos por volar a través del espacio aéreo chino, fui a la cabina y uno de los pilotos me mostró un registro y me explicó que solo faltaban diez minutos para entrar al espacio aéreo chino y que teníamos que pedir la autorización (una cosa normal que hay que hacer siempre con cada país) y sentí cómo pedían la autorización y cómo respondían; fui testigo de ese momento. El piloto dijo: ahora parte el telegrama, no sé cómo haya hecho, pero lo hizo. Después me despedí de los pilotos y volví a sentarme y recé tanto, por ese hermoso pueblo chino: un pueblo sabio. Pienso en todos los grandes sabios chinos, pienso en la historia de ciencia, de sabiduría... También nosotros los jesuitas tenemos nuestra historia allí, con Matteo Ricci... ¿Que si quiero ir a China? ¡Pero claro! ¡Mañana! Nosotros respetamos al pueblo chino. La Iglesia pidió solamente la libertad para su ministerio, para su trabajo. Ninguna otra condición. Y luego no hay que olvidar la carta fundamental para el problema chino, la que envió a los chinos Papa Benedicto XVI. Esa carta hoy sigue siendo actual. Hace bien volver a leerla. La Santa Sede siempre ha estado abierta a los contactos, siempre, porque tiene un verdadero afecto por el pueblo chino.
5. Los próximos viajes y la esperanza de verlo en España, en Ávila, en 2015.
Este año tenemos prevista Albania. Voy por dos motivos importantes. En primer lugar porque lograron hacer un gobierno (pensemos en los Balcanes), un gobierno de unidad nacional, entre musulmanes, ortodoxos, católicos, con un consejo interreligioso que ayuda mucho y que es equilibrado. Sentí como si mi presencia fuera una ayuda a ese noble pueblo. El segundo motivo es este: pensemos en la historia de Albania, el único de los países comunistas que en su Constitución tenía el ateísmo práctico. Si tu ibas a Misa, ¡era anticonstitucional! Y luego, me decía uno de los ministros, que fueron destruidas (y quiero ser preciso con la cifra) 1820 Iglesias, ortodoxas y católicas. En aquel tiempo muchas Iglesias fueron transformadas en cines, teatros, salas de baile. Yo sentí que tenía que ir, y un día hay que hacerlo. Luego, el próximo año quisiera ir a Philadelphia, al encuentro de las familias, y también fui invitado por el presidente de los Estados Unidos al parlamento estadounidense y también por el Secretario de las Naciones Unidas a Nueva York (tal vez las tres ciudades juntas: Philadelphia, Washington e New York). Los mexicanos quieren que vaya en esa ocasión también a la Virgen de Guadalupe, y se podría aprovechar, pero no es seguro. Y al final a España. Los reyes me invitaron, el episcopado me invitó, pero no hemos decidido.
6. La relación con Benedicto XVI
Nos vemos. Antes de partir fui a visitarlo. Dos semanas antes, me envió un escrito interesante y me pedía mi opinión. Tenemos una relación normal. Porque alrededor de esta idea, que tal vez no le gusta a algunos teólogos (yo no soy teólogo), creo que el Papa emérito no es una excepción. Yo creo que el Papa emérito sigue siendo una institución, porque nuestra vida se alarga y a una cierta edad ya no se tiene la capacidad para gobernar bien, porque el cuerpo se cansa... La salud tal vez sea buena, pero ya no se tiene la capacidad de sacar adelante todos los problemas de un gobierno como el de la Iglesia... ¿Y si yo sintiera que ya no puedo seguir? Haría lo mismo. Rezaré, pero creo que haría lo mismo. Somos hermanos, y ya he dicho que es como tener al abuelo en casa, por su sabiduría. Es un hombre de sabiduría. Me hace bien escucharlo. Y él me anima bastante.
7. ¿Cómo se sintió cuando saludó esta mañana a las siete "mujeres de placer"? Se verán en Nagasaki el año que viene?
Sería hermoso, hermoso! Fui invitado por el gobierno como por el episcopado. El sufrimiento... Se remonta a una de las primeras preguntas. El pueblo coreano es un pueblo que no ha perdido la dignidad. Era un pueblo invadido, humillado. Sufrió guerras, y se divide. Con tanto sufrimiento. Ayer cuando fui al encuentro con los jóvenes, visité el museo de los mártires. Es terrible el sufrimiento de estas personas. (Mártires) simplemente por no querer pisotear la cruz. Es un sufrimiento histórico. La capacidad de sufrir de este pueblo, es parte de su dignidad. Hubo incluso hoy día estas mujeres mayores al frente, en misa. Pensar que con la invasión fueron llevadas de niñas, a los cuarteles, para explotarlas. Ellas no han perdido su dignidad. Hoy estaban allí, las mujeres mayores, mostrando su rostro del pasado vivido. Es un pueblo fuerte en su dignidad. Pero volvamos a estas cosas de los mártires, del sufrimiento, y de estas mujeres: estos son los frutos de la guerra! Hoy nosotros vivimos en un mundo en guerra, ¡por todas partes! Alguien me decía: 'Sabe usted, padre, que estamos en la tercera guerra mundial, pero en pedacitos. En capítulos'. Es un mundo en guerra en donde se hacen estas crueldades. Una vez se hablaba sobre la guerra convencional, ahora ya no cuenta. No digo que las guerras convencionales sean algo bueno, no. Pero hoy va la bomba y mata al inocente con el culpable, al niño con la mujer, con la madre, mata a todos. Pero, detengámonos a pensar un poco a nivel de crueldad, ¿a dónde hemos llegado? Esto debería espantarnos. No es para dar miedo. El nivel de crueldad de la humanidad en este momento espanta un poco.
Hoy la tortura es uno de los medios casi ordinarios en los comportamientos de los servicios de inteligencia y en algunos procesos judiciales. Y la tortura es un pecado en contra de la humanidad, un delito de lesa humanidad. Digo a los católicos: torturar a una persona es pecado mortal, es pecado grave. Pero es mucho más: es un pecado contra la humanidad. La crueldad y la tortura. Me gustaría mucho que ustedes, en sus medios, hicieran una reflexión sobre cuál es hoy el nivel de crueldad de la humanidad, y sobre lo que piensan sobre la tortura. Creo que nos haría bien a todos nosotros reflexionar sobre esto.
8. Usted tiene una vida llena de compromisos. Poco descanso, nada de vacaciones. Viajes masacrantes. ¿Hay que preocuparse por el ritmo que lleva?
Sí, hay quienes me lo han dicho. Yo pasé las vacaciones en casa, como hago normalmente. Una vez leí un libro, interesante, que se titulaba: 'Alégrate por ser un neurótico'. Yo también tengo alguna neurosis y hay que curarla bien, ¿eh? La mía es que soy un poco apegado a mi hábitat. La última vez que fui de vacaciones, con la comunidad jesuita, fue en 1975. Siempre hago vacaciones, pero en mi hábitat, cambio de ritmo: duermo más, leo cosas que me gustan, escucho música, rezo más. Y esto me descansa. En julio hice mucho todo esto. Es cierto, el día que tenía que ir al Gemelli, hasta diez minutos antes tenía que ir, pero no pude. Habían sido días muy llenos. Ahora sé que tengo que ser prudente. Tienes razón...
9. Cuando la multitud decía ¡Francisco! ¡Francisco! en Río, le respondía ¡Cristo! Cristo! ¿Cómo vive la inmensa popularidad de la que goza?
Yo la vivo agradeciendo al Señor de que su pueblo sea feliz, esperando lo mejor para el pueblo. La vivo como generosidad del pueblo, del verdadero pueblo... Dentro, trato de pensar en mis pecados, en mis errores, para no creérmela, porque yo sé que esto durará como yo, dos o tres años, y luego... ¡a la casa del Padre! La vivo como presencia del Señor en su pueblo que usa al obispo, que es el pastor del pueblo, para manifestar muchas cosas. La vivo con más naturalidad que antes, porque me espantaba un poco.
10. ¿Cómo vive en el Vaticano, más allá del trabajo?
Trato de ser más libre. Hay citas de trabajo, pero la vida para mí es lo más normal que se puede hacer. Me gustaría salir más, pero no se puede. Y luego en Santa Marta hago la vida normal de trabajo, de descanso, de pláticas... ¿Que si me siento prisionero? No. Al principio sí, pero después cayeron algunos muros... Por ejemplo (sonríe): el Papa no podía usar el elevador solo, ¡inmediatamente alguien venía para acompañarlo! '¡Tú, vete a tu sitio, que yo bajo solo!'. Y se acabó la historia. Es así... la normalidad, la normalidad.
11. Su equipo, San Lorenzo, se convirtió en campeón de América por primera vez, ¿como lo está viviendo?
Es una buena noticia, después del segundo lugar en Brasil! Sabía en Seúl, me lo dijeron. Y me dijeron que el miércoles estarán en la audiencia pública. Para mí, San Lorenzo es el equipo del que toda mi familia era hincha.
12. La próxima encíclica dedicada a la defensa de la creación.
He hablado de esta encíclica con el cardenal Turkson y también con los otros. Y le pedí a Turkson que recopilara todas las contribuciones que hubieran llegado. Antes del viaje, el cardenal me entregó el primer borrador. Es así de grande, un tercio más que la Evangelii gaudium. Es el primer borrador. Se trata de un problema no fácil, porque se trata de la custodia de la creación, también de la ecología (hay ecología humana); se puede hablar con cierta seguridad, pero hasta cierto punto. Y luego vienen todas las hipótesis científicas, algunas bastante seguras y otras no. Es una encíclica que debe ser magistral y debe salir adelante solo con las seguridades, con las cosas sobre las que estamos seguros. Si el Papa dice que el centro del universo es la Tierra y no el Sol, se equivoca, porque está diciendo una cosa que científicamente no funciona. Es lo que sucede ahora; debemos hacer un estudio párrafo por párrafo. Creo que será más pequeña, porque hay que ir a lo esencial, que es lo que se puede afirmar con seguridad. Se puede añadir en las notas al pie de página que sobre este o aquel argumento hay esta o esa hipótesis. Pero darlo como información, no en el cuerpo de una encíclica, que es doctrinal y debe ser segura.
13. Una nueva pregunta sobre la división forzada "mujeres de solaz" y sobre la división de Corea
Hoy en día, estas mujeres estaban allí porque a pesar de todo lo que han sufrido tienen dignidad y querían dar la cara. Y pensé esto, pensé en la guerra y la crueldad de las guerras, en que estas mujeres han sido explotadas, han sido esclavizados con toda esta crueldad. He pensado la dignidad que tienen y también lo mucho que sufrieron y el sufrimiento es un legado. Los primeros mártires de la Iglesia dijeron que la sangre de los mártires es semilla de cristianos. Ustedes los coreanos han sembrado mucho, mucho, por coherencia. Se ve ahora el fruto de esa semilla de los mártires. Sobre Corea del Norte sé que es un dolor, lo sé con certeza, que hay algunos parientes, muchos parientes no puede encontrarse, esto duele, eso es cierto. Es un dolor que divide al país, hoy en la Catedral, donde me he puesto las vestiduras para la Misa, había un regalo que me hicieron, una corona de espinas de Cristo hecha con alambre de hierro que divide los dos lados de la única Corea. Y lo llevamos en el avión, pero es un regalo que me llevo... el sufrimiento de la división de una familia dividida. Como dije ayer, en declaraciones a los obispos, y lo recuerda: todavía tenemos esperanza, las dos Coreas son hermanas y hablan el mismo idioma. Cuando hablamos el mismo idioma, es porque se tiene a la misma madre, y esto nos da esperanza. El sufrimiento de la división es grande. Lo entiendo y rezo para que termine.
14. La beatificación del arzobispo salvadoreño Romero
La causa estaba bloqueada, se decía que por prudencia, en la Congregación de la Doctrina de la Fe. Ahora ya no. Pasó a la Congregación para los santos y sigue el camino normal de un proceso; depende de cómo se muevan los postuladores. Es muy importante hacerlo de prisa. Porque, lo que me gustaría a mí es que se aclare cuando hay un martirio 'in odium fidei', por confesar el Credo o por hacer las obras que Jesús nos manda con el prójimo. Este es un trabajo de teólogos, que lo están estudiando. Detrás de Romero está Rutilio Grande y hay otros. Otros que fueron asesinados que no tienen la misma altura de Romero; hay que distinguir teológicamente todo esto. Para mí, Romero es un hombre de Dios. Se debe continuar el proceso, el Señor debe dar uno de sus signos; si lo quiere hacer, lo hará. Ahora los postuladores deben moverse, porque ya no hay impedimentos.
15. El fracaso de la Oración por la Paz: inmediatamente después los misiles y bombas en Gaza
La oración por la paz no fue absolutamente ningún fracaso. Estos dos hombres son hombres de paz, son hombres que creen en Dios y que han vivido muchas cosas feas, muchas cosas feas, y están convencidos de que la única vía para resolver los problemas es la de la negociación, del diálogo, de la paz. ¿Fue un fracaso? Yo creo que la puerta está abierta. La paz es un don de Dios, que se merece nuestro trabajo, pero es un don. Y hay que decir a toda la humanidad que la mesa de la negociación es importante, pero también lo es la de la oración. Pero esto es coyuntural. Ese encuentro no era una coyuntura; es un paso fundamental de la actitud humana, una oración. Ahora, el humo de las bombas y de las guerras no dejan ver esa puerta, pero la puerta permaneció allí, abierta, desde aquel momento. Creo en Dios, creo en el Señor, esa puerta está abierta, y pidamos que nos ayude.